Por: Braidot.
Para liderar nuestras emociones y manejar el estrés se trabaja sistemáticamente con un conjunto de técnicas destinadas principalmente a construir y potenciar la efectividad de varios neurocircuitos, entre ellos, los vinculados a la relajación, la empatía, la creatividad, el placer y el bienestar. Por ejemplo, la resignificación reduce la intensidad de las experiencias negativas mientras que los pensamientos relacionados con la felicidad, el éxito y la alegría activan, refuerzan y establecen nuevos circuitos neuronales.
Aprender a emplazarlos en la
mente en forma sistemática es un gran punto de partida para el automonitoreo
emocional. Lo único que se necesita es “voluntad” para focalizarse y
concentrarse en los cambios a realizar. Posteriormente, el cerebro se encargará
de solidificar los resultados.
Todas las personas pueden
aprender a liderar sus emociones. Trabajando con la coherencia que requiere
cada modo de procesamiento cerebral, es posible combinar determinadas acciones
para provocar los cambios que necesitan para su vida.
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